Antes de No hay Mejor Defensa que un Buen Tinte
Como demostración pública de respeto hacia esta obra que voy a ver tendría que haberme peinado. Al menos. Pero como publico los dichosos antes de queda claro que no lo he hecho. Los peines me dan urticaria y sarpullidos. ¿O era solo pereza? Sea como fuere, yo aquí he venido a ver cómo se pone el tinte con estilo, cortar al cero el aburrimiento, y moldear las risas durante un buen rato.
Después de No hay Mejor Defensa que un Buen Tinte
Querido lector,
¿Debería usted darse unas mechas californianas color kiko 256? ¿Quizá cortarse un poco las puntas de su barba? ¿Tal vez
teñirse las cejas de pelirrojo...? Lo que está claro es que tiene que ver No hay
Mejor Defensa que un Buen Tinte para hayar una respuesta. O no. Pero las risas están aseguradas con esta ''continuación'' tan digna y tan original de Lavar, Marcar y Enterrar, que aunque tiene referencias hacia su predecesora, es una obra independiente, con su mismo humor y frescura, pero con su propia historia, que nos hace olvidarnos de la casposidad a la que nos tienen acostumbrados programas de televisión, cortando de raíz la monotonía y dando color y forma a las sonrisas que se dibujan durante toda la obra.
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