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viernes, 24 de febrero de 2017

Ira

Ira


Con una pregunta como subtítulo tan contundente y abierto a la polémica como '¿Matarías al asesino de tu hijo?' es imposible no sentir curiosidad.
 ¿Y tú? ¿Qué harías? Yo de pronto, ver esta película.


Después de Ira

 Las reglas las tienes en el Código Penal.


Vamos a jugar a un juego que ya conocemos, y que nos viene impuesto desde que Caín mató a Abel. Un juego que pone a prueba nuestra capacidad de conocernos a nosotros mismos para saber hasta qué punto haríamos algo parecido a lo que muestra la película. Un juego de castigo. El juego de la justicia.

Rodada como un falso documental (aunque yo dudaba a veces de que fuera falso por la brillantez y originalidad en la dirección de la película), muestra las distintas formas de justicia que hay, de cómo trata las reglas impuestas por cada sociedad un mismo crimen, y de cómo si estas normas artificiales (lo que llamamos 'justicia') no funcionan, un hombre normal puede llegar a convertirse en un psicópata.

Ira es una dura crítica contra la justicia, pero también es un thriller asfixiante, 90 minutos de no poder apartar la mirada, una película en la que desarrollas tu empatía psicopática, una historia de expectación, sentimientos encontrados e interés que perdura más allá de sus títulos de crédito.

¿Podemos confiar en la justicia? Que cada cual saque sus propias conclusiones después de haber visto este peliculón, pero sin duda, la verdadera injusticia sería que esta película pasara desapercibida por el público.

domingo, 15 de enero de 2017

Colonia

Antes de Colonia
 

Para romper con la rutina de trabajar todo el santo día, y como primer pase del año, vamos a ver Colonia, una fragancia película alemana con caras bonicas y reconocibles hasta para una servidora. La temática de ''dictadura chilena'' no es precisamente un reclamo que me atraiga, pero películas históricas que me hayan gustado, haberlas haylas. O eso cuenta la leyenda...


Después de Colonia



Madre de dios, como me distrae la puñetera Watson con su absurda belleza impoluta. La maldita está guapa hasta con un saco patatas. Y no lo digo como algo negativo, al menos ver una cosa bonita que me llama la atención y me hace más llevadero el transcurso de la película.
Como un cuadro bonito en la consulta del urólogo. Oye, pues te hace más amena el mal trago. O ya que estamos con el símil, como hablar con una persona rancia pero que huele bien. Boh.

Los dos protagonistas lo intentan fuerte pero es que no me los creo absolutamente nada. No me creo su romance, ni su rocambolesca y a la vez simplona historia.
 ¿Qué haces, azafata boba pero muy sexy coladita por ese muerto hambre?
 Daniel, para de liarla de una vez, tate quietecito.
Película, pero ¿en qué estás evolucionando?

Y así mil preguntas. Y ninguna relacionada con algún suceso coherente de la película.
Pero no obstante, tiene un fin último muy apreciable y es el de evadirte de las cosas cotidianas de tu vida. O lo que es lo mismo, entretiene.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Aliados

Antes de Aliados


Brad Pitt y Marion Cotillard a las órdenes de Robert Zemeckis. A simple vista tiene pinta de molar.
¿Hacemos un pacto? Yo no entro en polémicas de supuestos líos amorosos (que me importan más bien poco) y a cambio tú te comprometes en ser un peliculón.
¿Trato?


Después de Aliados


Esta vez, los roles se invierten, en este baile de interpretaciones es Marion la que manda y lleva el ritmo de un Brad que se deja llevar, perdido por los pasos de baile. En esta pista de baile cinematográfica, Cotillard saca a bailar a Pitt, es grácil, se mueve con gracia pero su compañero ni siquiera se da cuenta de lo perdido que está, no sigue el ritmo y pisa constantemente los pies a su pareja cinematográfica.

Cierto es que la pista de baile y la música (lo que viene siendo el guión, vaya) son muy irreguales y arrítmicos por momentos, tiene un incio forte subito prometedor, potente y enérgico que rompe en la mitad de la película descuadrando  y jodiendo el ritmo y dando una dinámica de transición pianissimo para volver in crescendo a retomar el suspense para desembocar en un final /Spoiler: que, bueno, yo me descojoné, y creo sospechar que no era su intención /Spoiler.

No quiero hacer más sangre por la actuación de Brad Pitt, pero en ciertas ocasiones que sentía cierto regusto a Malditos Bastardos, en la siguiente escena se jodía y parecía una película que podría haber hecho Mario Casas.
Hollywood, vuelve a darle buenos papeles a este hombre, que sé que es buen actor.




domingo, 6 de noviembre de 2016

The Neon Demon

Antes de The Neon Demon


Moda, sangre, gente guapa, película raruna. Estos podrían ser los tags de esta cinta. El director de Drive nos deja otra película ¿igual de interesante y con una banda sonora tan brutal? Promete al menos, ser diferente y original.

Después de The Neon Demon
 Aviso a navegantes: la sangre no es tan realista en una foto como la pintura acrílica.

Así como a mí me gusta y me recreo en la elaboración de tontás en mis críticas, (y en pensar minuciosamente la fotografía de cada sección), el director tiene su propia forma de onanismo con las secuencias, planos e imágenes estéticamente potentes de la película, con diálogos de pocas palabras y silencios abrumadores. Dice uno de los personajes que ''la belleza no lo es todo, es lo único'' y Nicolas Winding Refn lo firma con fuego, porque cada fotograma está impregnado de una belleza obscena y delirante, y (siempre bajo mi punto de vista) descuidando una historia interesante.

Debo reconocer que me la han vuelto a colar. Me ha pasado igual que con High Rise, con la que estuve embelesada con los planos hipnóticos que tenía, las imágenes de videoclip y secuencias de anuncio, se me pasó el tener en cuenta la historia, y cuando te quieres dar cuenta, termina y te quedas con cara de cornudo.
 Pero joder, que todos los engaños sean así de bonitos.



domingo, 19 de junio de 2016

Capitán Kóblic

Antes de Capitán Kóblic

Francamente, un drama ambientado en los años 70, en plena dictadura argentina, me resulta muy denso y ni me plantearía ir al cine si no llamase poderosamente mi atención un nombre.
Ay, Bombita Darín, sorpréndeme una vez más con una buena interpretación y aceptable película.

Después de Capitán Kóblic



Ah, la magia del cine.

Es algo fantástico: la sala llena de jubilados y futuros no tan lejanos clientes de residencias de la tercera edad. Ahora imaginen que cambian al actor principal, Ricardo Darín, un tío con presencia que hace siempre pelis interesantes, y ponen a Mario Casas, un actor con un registro prácticamente limitado/destinado a mojar bragas. Y ¡tachán! Cambia la media de edad de la sala a gente que se acaba de examinar en la selectividad. 

Que sí, quitamos un poco la intensidad de la película, ponemos frases de la Superpop y musicote de los 40 principales, pero por el resto, pasaría perfectamente el control de calidad de los adolescentes: Escenas dramáticas a caballo, música melancólica intensificando el amor de los protagonistas, flashback que atormentan la conciencia del Capitán, unos malos muy típicos que impiden su felicidad... 
Que por otro lado, vaya tela de romance y de paso, de personaje anodino el de Inma Cuesta, ¿no? La historia de su amor no es más que relleno de metraje porque si no se les quedaba corta la peli.

Finalmente, quiero recalcar que no tengo nada en contra de Mario Casas, me reí mucho (con él) en Mi Gran Noche, hace su trabajo lo mejor que puede, tiene su público juvenil y parece limpio, pero que no me vendan una peli de Ricardo Darín, que es un tío que por definición mola, siendo realmente una peli de Mario Casas, que no nos engañen.

martes, 31 de mayo de 2016

High Rise

Antes de High Rise

Película controvertida que tengo bastantes ganas de ver. El público se divide entre los que la aman y los que la odian, veamos en que bando nos ponemos en esta peculiar Capitán Loki: Civil War.

Después de High Rise

-¿Qué contiene la caja? - Una pregunta resuena en la sala.
- Sexo y paranoia.- Responde el protagonista.
-¡Y muchas imágenes hipnóticas!- Grita un espectador desde las últimas filas.
-¡La caja está vacía!- Sentencia su compañera excéptica.

jueves, 12 de mayo de 2016

El Hombre Perfecto

Antes de El Hombre Perfecto

Cita con el cine francés para ver lo que muchas mujeres sueñan, ¿quizá una mezcla convencional y satisfactoria para la mayor parte del universo femenino de George Clooney, Pablo Alborán y Brad Pitt? ¿O algo más arriesgado como Jude Law cantando Supersubmarina bañado en chocolate blanco? Mis filias me distraen, pasemos a ver cómo de perfecto es este hombre.

Después de El Hombre Perfecto

Nos encontramos ante un claro ejemplo de cleptomanía cinematográfica.
Un tipo sin talento para ser escritor le cae por don divino una pedazo de novela a la que pone su nombre y es un éxito. Pero como tiene que haber un nudo en la historia, el pasado se defiende y reclama la propiedad auténtica de la novela. Cosas pasan. Game Over, listillo.

 Sí que es casualidad que tenga el mismo argumento que El Ladrón de Palabras, ¿no? Además de este robo sin pudor de guión, es un continuo atraco a la inteligencia del espectador, adornando con recursos que pretenden llamar nuestra atención de forma burda y con mil clichés la historia, mientras nos meten mil primeros planos del careto del prota y cómo le va afectando psicológicamente. Ahí, en ese punto, nos meten más música efectista, por si nos despistamos.

A ver, que yo no me enfado, ¿vale? Hasta ahí quiero decir. Ahí estaba yo, perdiendo el tiempo de una forma tan tonta como cualquier otra hasta que llega esa escena. La escena en la que meten un cadáver en un armario, pasa el tiempo... y nadie se percata del olor. Joder. JODER. Después de soltar un speech sobre el sentido del olfato. ¡Venga ya! Pase lo del chantaje forthelulz del viejo compañero, la movida que se monta de golpearse a sí mismo y crear un agresor imaginario todo por no entregar un trabajo (me recuerda a mis tiempos de colegiala), pero, coño, no me metas un puto discurso de la importancia del olfato si luego duermes al lado de un jodido cadáver y no te das puto cuenta, maldita sea.
Y así, amigos míos, es como se consigue tener taquicardias, migrañas y la vena hinchada de la frente de la Patiño.

miércoles, 20 de abril de 2016

Toro

Antes de Toro

Venga, un poco de Luis Tósar para elevar mi media en mi filmaffinity, una apuesta segura, y a pesar que Mario Casas me parece un chaval con un registro limitado (en Mi Gran Noche me encantó haciendo de gilipollas, lo clava el cabrón), Toro se me antoja un thriller apetecible y atractivo.

Después de Toro
Y luego está José Sacristán, que su sola presencia corta la respiración. El tipo es un crack, es el puto amo mafioso con una legión de followers kinkis, y prefiere ensuciarse él mismo las manos. Con dos cojones, joder, un hombre de los que ya no quedan.

Qué decir de Tosar, que como siempre, clava sus actuaciones, esta vez, su personaje es poco más que una excusa para alzar la figura del héroe de Mario Casas, papel de superhombre en el que se encuentra encasillado.

Las escenas son tan visualmente brutales que las imágenes hablan más que los actores, es una película jodidamente expresiva, que te puede calzar dos hostias y ni te has enterado hasta que empieza a escocer. Y vaya si escuece, joder.



martes, 29 de marzo de 2016

El Regalo

Antes de El Regalo

¿Qué será, será? 
Ahí está, un precioso envoltorio de película con múltiples posibilidades. El papel de regalo de thriller psicológico me atrae bastante, con un lazito de suspense oscuro que puede engancharme malamente.
Lo agito.
Suena a artefacto con un mecanismo de inteligente misterio. Tic tac, espera impaciente.
Huele a sangre oculta, víscera mentales y dolor manipulable.
Toco el envoltorio y me da la impresión de estar hora y media viendo algo que me gusta.
Lo abro, veamos lo que es.

Después de El Regalo
Demasiadas expectactivas para que al final el juguete estuviera roto. Juega con una ambigüedad desquiciante y envenenada mientras deseas de forma estéril que haya un enfrentamiento frontal evidente. Vale, podría haber sido original que el malo no sea el de siempre, que el karma funcione o que sea una buena película para poner en clase de ética, pero que no tenga un mínimo de suspense para considerarse thriller me mata. Joder, ¡si hasta se les va la pinza y meten drama!¡Camarero!¡Hay un drama en mi thriller! Así, sin previo aviso, como si yo les hubiera hecho algo malo, el regalo hecho castigo.
Lo que sea.
Una menos.
Mil más.



sábado, 19 de marzo de 2016

Calle Cloverfield 10

Antes de Calle Cloverfield 10 
He intentado con más o menos éxito ir sin saber nada de esta película, a pesar de la promoción y marketing monstruosos que tiene. Thriller producido por J.J. Abrams que promete reventar taquillas.


Después de Calle Cloverfield 10

Hay un cataclismo y los únicos supervivientes son los espectadores del cine. Sin saberlo, el director Dan Trachtenberg nos ha secuestrado desde que nos sentamos a la butada y ahora nuestra vida le pertenece. 
No hay forma de huir del cine. Es más, quieres quedarte. Quieres permanecer y descubrir la verdad. Porque en el fondo, a pesar de los mini-infartos que vas sufriendo a lo largo del film, sientes un extraño sentimiento con el director, como un vínculo afectivo. ¿Quizá sientes empatía? ¿Cariño? Eres el rehén enamorado del secuestrador.

Porque no padezco de ninguna enfermedad del corazón, que si no, ya habría muerto cinco veces. Es la madre del suspense, el suspense hecho thriller, la expectación comprimida en un búnker claustrofóbico.
Incluso las escenas cómicas rozan la parodia con tantas emociones intensas y sobredosis de misterio.

Viéndolo ahora con cierta perspectiva, se trata de una película bastante efectista que abusa de música de intriga. Pero cuando voy al cine, quiero que mi verdad esté ahí dentro. Sentir lo que sienten los personajes y que no me sean ajenos. Quedarme con la boca abierta y tratar de no pestañear. Subirme más en el asiento porque me he equivocado al sentarme detrás de un cabezón que no me deja ver. Quiero sentir la asfixia  que puede producir un director y guionista sádicos.
Olvidarse de todo lo demás. Y si lo consigue, habrá merecido la pena.


martes, 1 de marzo de 2016

Cien Años de Perdón

Antes de Cien Años de Perdón 
El género de atracos en el cine me motiva mucho, tengo debilidad por meterme en la mente de un ladrón, que al fin y al cabo es un artista, utiliza su imaginación y su ingenio para idear el robo perfecto. En cambio el policía o el detective se limita a ver el crimen y denunciarlo.
El policía es simplemente el crítico de arte.

Después de Cien Años de Perdón
Salgo enamorada completamente de Rodrigo de la Serna, el maldito se ha quedado okupando mi cerebro, volviendo a interpretar escenas de la película tan rock&roll que he visto.
Me encanta empatizar con los pobrecitos atracadores, no banqueros y políticos por supuesto, sino los hombres enmascarados tan carismáticos que han ideado un plan perfecto y desde el primer momento se les jode bastante.
Habrá gente que diga que es una cinta previsible. Para empezar yo les escupiría a su puta cara. A continuación les pediría amablemente que dejen de joder la concha de su madre, y disfruten de un thriller trepidante y ultra adictivo.
Dejad a un lado vuestro lado policía.