miércoles, 6 de abril de 2016

La Venganza de Jane

Antes de La Venganza de Jane

En este mundo hay dos tipos de personas, amigo: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Y Natalie lo tiene cargado.
Duelo al amanecer entre el cine del oeste y la espectadora escéptica. Recientemente las últimas batallas, el western las ha ganado gracias a Tarantino, pero la guerra, querido mío, sigue, y hoy nos enfrentamos nuevamente.

Después de La Venganza de Jane

Planta rodadora del desierto...
Pues sí, la Portman lo tenía cargado, pero solo eran balas de fogueo. Mira que me gusta cómo actúa esa chica, pero el papel no le pega nada, una dureza que le viene grande, con una delicadeza impropia para el rol de Jane, además de ir demasiado mona y limpia para un género tan sucio como es el western. Qué decir del malo de Ewan Mcgregor, siempre manteniendo su carismática sonrisa y siendo un caballero incluso cuando va a morir. El único que es creíble es Joel Edgerton, pero no puede salvar la película con tantos agujeros de bala guionísticos.

A continuación procederé a hacer un spoiler bastante tocho, no sigas leyendo a menos que quieras ver la pel-, oh, qué demonios, ¿en serio, quieres verla? Sigue leyendo, alma de cántaro.

 Por otra parte, la Venganza de Jane nos enseña a cómo hacer un trío en el oeste. Le dices a tu churri que tu anterior zagal se ha muerto, pero ¡anda! Que no, que no ha muerto, se había ido de parranda y vuelve a aparecer otra vez. Justo como la hija, que no, ¡que no estaba muerta! Que risas, yo me parto, mirad: jaja, y en el momento en el que lo dice Mcgregor más.
En fin, viendo las muertes no muertes que hay (una vuelta de tuerca a las pelis de zombies), seguramente conozcamos una segunda parte con el malo revivido y el marido volviendo a la vida para hacer el trío pendiente. Y ahí estaré yo para verla, como buena cinéfila masoquista que soy.


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